Las
palabras pueden ser poderosas, mas las palabras se producen en el
cerebro, donde está el juicio, y salen a menudo como torrente
desbocado, carentes de lo fundamental porque no está cargado su
poder. Si una palabra creada por el juicio no pasa por el corazón,
de nada sirve. El corazón las acoge y las transforma, las dota de
poder, las hace poderosas a las palabras, si no lo hace son como
palomitas que no llegarán muy lejos en su vuelo.
Los
poderes del corazón son enormes fuerzas; la atención y la
intención. Con ellas carga de fuerza a las palabras.
El
lenguaje es una voluntad del ser, no es necesario, pero puede
ayudarnos mucho. No es un principio vital, es una opción que nos
ayuda a expresar nuestros sentimientos, pero las palabras pueden
también herir, por eso es importante cargarlas desde el corazón.
Siempre que hables, procura que tus palabras vayan desde tu cabeza,
donde fueron creadas, hasta el corazón y cárgalas con los poderes
de una correcta atención y una intención benevolente para todo el
mundo, verás que nada es mas grande ni mas poderoso que eso.
El
SER nos habita el corazón. Desde ahí irradia su poder hasta nuestro
último día en que vivamos la experiencia terrena. El pensamiento es
la chispa que enciende el fuego, pero la hoguera está en el corazón,
ese es el verdadero centro de poder del SER en la Tierra.
Los
que utilizan mal este poder están equivocados, no han prosperado y
no prosperarán jamás. Su poder no es natural ni real en ninguno de
los mundos posibles, por eso siempre acaban secos. Nada fructifica,
su alma se seca como semilla plantada en un desierto.
Las
palabras que salen del corazón son grandes palabras, todo se puede
decir siempre que pase por el corazón, son palabras de poder y son
respetadas. Quien habla desde el corazón tiene la Ley en su boca y
sus palabras fructificarán.
PROVERBIOS 4:23 "Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él emana la vida."
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