Todos hemos tenido alguna vez la sensación difusa de haber estado antes aquí. Cuantas veces habremos dicho; esto ya lo conozco,pero no se cuando lo visité.O simplemente guardamos en nuestro interior la convicción , a veces no tan difusa, de ser muy ancianos, como de haber sumado muchas existencias y nos sentimos cansados. No es por la edad, hay algo más profundo, difícil de explicar que nos otorga sabiduría, comprensión, destrezas, como de haber vivido mucho.
Nadie puede saber con exactitud si realmente esto fué así o simplemente son recuerdos adquiridos a lo largo de nuestra vida y almacenados en nuestra memoria mas profunda y que sacamos a la luz del consciente cuando se presentan situaciones presentes que nos los hacen aflorar, por la ley de la resonancia.Que sean vidas reales o imaginadas no nos debe de importar a la hora de afrontar una terapia regresiva. Si la persona fantasea, será porqué ese es su modo de traer a la camilla aquello que necesita explicarse a sí misma.
Entonces, si la terapia regresiva se autodenomina un regreso a las vidas pasadas y resulta que dudamos de si tales vidas existieron...¿adónde regresamos cuando estamos en terapia?.
Pensemos por ejemplo en un niño pequeño. En un despiste de su mama está jugando con un cuchillo hasta que por fin se corta en el dedo. Rompe a llorar con su dedito ensangrentado y va corriendo a su mama para que lo auxilie. Su mama le quiere cojer el dedo para lavarlo, ver la profundidad del corte y así poder actuar en consecuencia, pero el niño huye cada vez que ésta intenta acercarse a la herida. Entonces la mama le comienza a contar una historia, de un modo muy calmado, en donde el niño es el protagonista, pero ya no es el pequeño travieso sino que es un valiente guerrero enfrentándose a un dragón poderoso. La mama le pide al niño que sea él mismo quien elabore la historia,
- dime cariño ¿y cómo es que te enfrentas al poderoso dragón?
-porque yo soy un guerrero mami, ¿es que no lo ves?
-¡oh, por supuesto!, cuéntame, ¿has estado luchando ultimamente con el dragón?
-siiii...todos los días.
-¡que valiente eres!, seguro que lo estás haciendo muy bien.
el niño hace una mueca, se acuerda de su herida y une ambas cosas;
-pero una vez el dragón me dió un zarpazo y me hizo pupa
-bueno,si tu quieres, yo puedo ayudarte a curar esa pupa, porque yo soy un hada que vive en el bosque, conozco muchas cositas que te pueden curar esa herida, y como soy mágica no te dolerá nada.
Para entonces, el niño está tan metido en la historia que su madre le ofreció, que no le es ningún problema creer que, efectivamente, su madre es una hada del bosque y le tiende su manita lleno de curiosidad por ver como su herida será tratada con la magia.(agua oxigenada+gasa+yodo=pócima mágica contra heridas de dragones). Finalmente su mama le colocará una tirita, le dará un beso y un abrazo y le dirá;
-Bueno guerrero, ya estás preparado para tu próxima lucha con el dragón, ¿cómo ibas a luchar con el dedo sangrando?, así es mejor, estás mas preparado.
Podemos razonar que no fué un dragón poderoso, sino un simple cuchillo el que causó la herida. Podemos decir que la pócima mágica era una simple cura. Podemos decir que la mama no era un hada del bosque y que el niño no era un gran guerrero, pero lo interesante de esto es que gracias a vivir de modo presente la historia, la herida pudo sanar.
Para mi no tiene la menor importancia que vidas viví, quien pude haber sido, ni a donde debo de regresar para trabajar mi terapia. Todo eso quizás es elaboración de mi psique. Para mi lo importante es que yo,en mi vida presente, me sienta mejor,mas feliz,realizada y sanada.
Ciertamente, ¿quién puede asegurar que el hada del bosque no curó al valiente guerrero...en algún otro tiempo, en alguna otra vida?.
águila dorada.
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