Estoy en el interior de una cueva muy espaciosa y no demasiado oscura, no siento ni pienso en nada especial, simplemente observo un gran montón de cristales oscuros, casi negros, brillantes y redondeados. Tomo puñados de ellos con las manos y puedo fragmentarlos. Entonces pienso; los estoy rompiendo y "algo" me dice que no importa, que puedo tocarlos cuanto quiera.
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