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martes, 26 de mayo de 2015

TRASPASAR UN NEGOCIO, BAJO EL PRISMA DE LA ENERGÍA.

Esta nota la escribí hace cuatro años, la publico ahora porque creo que no ha perdido vigencia. Espero que sea de vuestro agrado.


En estos últimos días algunas personas, extrañas entre sí, han coincidido en venir a mi para que les aconsejara sobre la forma de traspasar sus negocios. No están satisfechas, hay bajo rendimiento, están cansadas, desean dar un cambio en sus vidas, etc...
Los motivos son tan variados como las personas que acuden, todos válidos y respetables.
Esto me ha hecho reflexionar acerca de la forma en la que solemos proceder ante esa circunstancia.
Todos tienen algo en común, y eso es que el negocio no es rentable. Mi pregunta es; ¿ Quién quiere pagar un traspaso por un negocio que no es rentable?, la respuesta es obvia; nadie.
Se comprende que desde esa óptica el traspaso va a ser un deseo intenso pero de escaso éxito, las personas van a bajar su ánimo casi tanto como el rendimiento del negocio, una cosa acompaña a la otra, y se van a sentir “vencidas” por unas circunstancias hostiles las cuales ¡como no! son ajenas a ellos. De este modo tenemos dos problemas, el escaso rendimiento del negocio y el bajo ánimo del dueño. Creerme si os digo que desde ahí cualquier intento de traspaso va a fracasar.
Pienso que el error que cometemos es querer deshacernos de aquello que consideramos un fracaso, lo sentimos como una carga y lo visualizamos cada día como una montaña a escalar. No es ese el mejor modo de afrontar un cambio importante en la vida de cada cual, y un cambio de trabajo es un cambio bastante importante, que afecta a toda nuestra vida.
El mejor momento para traspasar cualquier negocio es precisamente cuando éste se halla en la cúspide de su rendimiento pero, claro, entonces es bastante raro que se piense en ello, nos apegamos a las cosas con la ilusión de que son perdurables, nos acomodamos a unos hábitos de vida y no pensamos que en algún momento eso puede cambiar, que todo es cíclico en la vida y que lo que hoy está arriba mañana le tocará estar abajo, tal es la forma en la cual nos desenvolvemos.
Mi consejo para las personas que han venido a consultarme ha sido el siguiente; No comiences a proyectar un traspaso desde el fracaso, porque estás atrayendo un tipo de personas que o bien no tendrán recursos para hacer frente a los pagos o bien te querrán timar. De cualquier modo no interesa, ese trámite no tiene un buen augurio. Recomiendo cambiar el modo de trabajar, hacer los cambios necesarios para sintonizar una buena vibración personal y proyectarla en el negocio. Tus energías son las que se captarán en el negocio, puesto que todo aquello que hacemos es un reflejo de como nos sentimos interiormente, eso sí, cuando el negocio comience a reflotar ¡no te vuelvas apegar a él!, a menos que desees volver a pasar por todo el proceso. Recuerda; lo semejante atrae a lo semejante, la abundancia atrae a la abundancia, la escasez no atrae a la abundancia, así como el cansancio no atrae al vigor ni el malhumor a la alegría.

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