Reflexiones, experiencias y todo aquello que me ayude a subir, desplegando alas, volando juntos...

martes, 17 de mayo de 2011

Cuentos para Reiki, Los tres hermanos.

En un país muy lejano había una vez una familia de ricos campesinos que poseían una gran casa y muchas tierras y ganado. El matrimonio y sus tres hijos vivían felices, los padres trabajaban duramente pues cultivar y criar ganado no eran tareas fáciles, pero la armonía y la constancia que entre los esposos creaban en su hogar eran la fuerza que les daba impulso para seguir cada día.
Los tres hermanos se llamaban de mayor a menor “Yonoquiero”, “Yonopuedo” y “Yoloharé”. Sus padres los amaban a todos por igual, claro está, eran sus hijos, y se esforzaban en darles a los tres el mismo trato, pero cuanto mayores se hacían se daban perfecta cuenta de las diferencias entre ambos y esto les entristecía.
-Nosotros ya vamos haciéndonos mayores, - se lamentaba un día el padre mientras descansaba al amor de la lumbre- ¿qué será de todo esto cuando ya no podamos cuidarlo?.
-Bueno, esposo, estarán nuestros hijos para hacerlo- Le contestó la madre mientras suspiraba mirando el fuego .
-Pues yo no estoy muy seguro de ello. Me siento triste al pensar que tantos años de esfuerzo puedan desaparecer, nuestros campos volverse yermos y nuestros establos vacíos. Solo de pensarlo me duele el corazón.
Como era una cuestión que les preocupaba mucho tomaron una decisión, en lugar de dejarle la herencia a los tres hijos escogerían entre ellos a quien vieran mas capacitado para poder seguir con las tareas y, de este modo, todo su patrimonio quedaría a salvo de la desaparición.
Para poder tomar la decisión correcta pensaron en poner a sus hijos frente a una prueba. El que mejor la pasara sería el heredero de todos sus bienes y los otros dos trabajarían para él.
Al amanecer del día siguiente el padre acudió a despertar a los muchachos cuando apenas el primer hilo de luz se intuía por el horizonte.
-¡Despertad, pronto!, hoy teneis un encargo muy importante que hacer.
-pero padre -protestaron ellos- es demasiado pronto, ni siquiera el gallo está cantando, déjenos dormir un rato mas.
-nada de eso, vais a coger cada uno una tinaja, de las mas grandes, y os ireis a buscar la fuente del sol. Hoy precisamente el agua que mana esa fuente está cargada con una energía especial y con ella regareis los huertos para que la cosecha sea la mejor de todas.
Los tres hijos obedecieron a su padre, cogieron las tinajas y se marcharon en dirección a la fuente del sol. Al mediodía llegó el primero de ellos con la tinaja vacía y bastante enfadado.
-”Yonoquiero” ¿qué te ha pasado, por qué traes la tinaja vacía?- preguntó el padre
-¡La tinaja pesaba mucho!, además el agua de esa fuente no caía tan pura como usted nos había dicho, y era difícil de llenar ¡casi me resbalo!,hay demasiado camino hasta allí y después la vuelta cargado, toda mi camisa está sudada y me han salido llagas en la planta de los pies.
-Esta bien “Yonoquiero”, vete para dentro de la casa y descansa, después, cuando lleguen tus hermanos hablaremos.
A media tarde llegó “Yonopuedo”, muy cansado, resoplando, las gotas del sudor habían resbalado por su cara haciendo surcos por el polvo del camino.
Realmente daba pena verlo, sus pies se arrastraban y su espalda se doblaba por el peso de la tinaja.
-Menos mal que llegas “Yonopuedo” ¿traes agua en la tinaja?
-Verás padre, la traía, durante un buen trecho, pero al fin la tuve que vaciar puesto que era demasiado peso para mi. Lo siento mucho, me siento culpable por no haber podido cumplir la tarea,- dijo y bajó la cabeza llorando.
-Entra en casa, yo mientras esperaré a tu hermano menor.
Al anochecer, cuando ya las estrellas poblaban el cielo y las cigarras hablaban entre ellas, el padre vio llegar a “Yoloharé” y dio un suspiro de alivio.
-Empezaba a preocuparme por ti ¿cómo es que llegas tan tarde?
-llego a esta hora porque he preferido emprender el retorno cuando ya el sol estaba bajo, para evitar así que el calor me derrumbara y el agua se evaporara. Además he tenido que parar a descansar de tanto en tanto, pero mire padre, la tinaja está llena del agua de la energía de la fuente del sol, como usted mandó.
-Esta bien hijo, entra en la casa que tengo algo que deciros a los tres.
Así el padre habló a los hijos;
-Hoy os he mandado a buscar el agua de la fuente del sol con el propósito de ver cual de vosotros está mas capacitado para hacerse cargo de la granja. Tu “Yonoquiero”has encontrado muchos obstáculos en tu tarea, tantos que has preferido abandonar, pero piensa que tus hermanos los han superado. Tu has hecho que esos obstáculos crecieran en tu mente para tener la escusa de no obedecer a tu padre.
Tu “Yonopuedo” lo has intentado pero tu voluntad es débil como una brizna de paja y no has resistido la tentación de abandonar la tarea, aunque eso te ha causado dolor y culpa. Sin voluntad y firmeza no se consiguen las cosas. Finalmente tu”Yoloharé” has pensado en una estrategia para poder realizar el encargo,puesto que eras consciente de que podías fracasar, has demostrado que cuando existe el firme propósito de cumplir con nuestras tareas en la vida nada ni nadie nos apartan del camino, salvo nuestros propios límites. Es por esto que te elijo a ti como heredero de la granja, para que siga siendo próspera y rica, y a vosotros dos os digo que permanezcais al lado de vuestro hermano y tomeis ejemplo de él y sepais corregir vuestros defectos. Como os amais se que lo hareis, porque aunque diferentes también sois parte de mi y os bendigo por ello.
Los tres hermanos se abrazaron en silencio mientras el padre bebía un buen sorbo del agua de la tinaja.
Solo por hoy trabaja duro, con tesón y constancia, aunque a veces sientas que tu fuerza y tu voluntad se esfuman si persistes con alegría tendrás tu recompensa.
Florinda.

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