Voy caminando por una avenida, es un día soleado, me siento bien, entro en un edificio grande, con pasillos y vestíbulos espaciosos, las cristaleras dejan pasar la luz. Hay mucha gente caminando, hablando...Voy hacia un ascensor grande con mas personas, hombres, mujeres, se llena demasiado, algunos han de salir.
Los primeros salen, había una mujer con una niña de unos diez años. Cuando can a salir yo le pongo las manos sobre los hombros a la niña y le digo: no, vosotras no os vayais.
Cuando llegamos al piso número 15 salimos del ascensor directamente a una playa, está oscureciendo, entre la arena y el mar hay un pequeño bajo muro de ladrillo, la playa es larga, no veo el final. Camino hacia mi derecha, el camino es recto hasta llegar a casa. Mis pies se hunden completamente en la arena, eso no me está impidiendo caminar. Me siento bien, se donde voy y como llegar, mi única preocupación es que se termina la luz del día poco a poco.
En la arena, ami alrrededor, veo muchos cuarzos, marcando una línea recta de bastante grosor. Mientras camino me fijo. Hay muchos y diferentes, veo unos cristales de roca cuadrados grandes cubos brillantes, muchos. Veo amatistas, piedras negras, puntas de cuarzos rosa y enormes puntas de cuarzo ahumado, casi de mi tamaño.
Veo selenitas ¡tan blancas!. Siento la necesidad o el deseo de tocarlos, coger uno, pero no lo hago. En el sueño me digo ¿para qué?, si ya los tienes.
Llego al último tramo de mi camino hasta casa.
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