Cuarzo opalizado

Su nombre procede del hindi antiguo y quiere decir ´piedra´. En la antigua India se tenía al ópalo por una piedra de los dioses. En la antigua Roma se consideraba un símbolo del poder. En la edad media se pensaba que este mineral curaba enfermedades de los ojos y que podía hacer invisible a la persona que lo poseía. Es mucho más tarde cuando el ópalo adquiere su fama de portador de la mala suerte: los venecianos del s.XIV pensaban que el ópalo comenzaba a brillar cuando su dueño era atacado por la peste y se volvía turbio cuando se acercaba la muerte. Un significado similar –la conexión con la muerte- se le dio en el s.XVII en la corte de Luis XIV, el Rey Sol.
Características El ópalo se compone de numerosas bolitas del mineral cristobalita que se encuentran inmersas en una masa de gel de sílice y que solamente se pueden observar al microscopio. Todas ellas tienen el mismo tamaño, están ordenadas en líneas regulares y provocan la descomposición de la luz blanca en los colores del espectro, lo que ocasiona su peculiar irisado (opalescencia). En los espacios vacíos entre el gel de sílice y los gránulos de cristobalita se encuentra agua. La evaporación de esta agua es una de las causas de que la piedra pierda su belleza con el paso del tiempo. Por ello se recomienda sumergir las piedras en agua destilada a intervalos regulares. El color base del ópalo oscila desde el blanco lechoso hasta el gris o negro. Todas las variantes de esta piedra reflejan la luz, la descomponen en los diferentes colores del espectro y cambian de tono constantemente, dependiendo del ángulo desde el que se observan (opalizar). El ópalo es un mineral relativamente blando y poroso. Los cambios fuertes de temperatura son muy perjudiciales, ya que le hacen perder parte del agua almacenada, disminuyendo su brillo. Bajo la luz ultravioleta, el ópalo desarrolla muy a menudo una fluorescencia en tonos azules, amarillos o verdes. Tipos de ópalo - ópalo blanco (ópalo noble) - base blanca - ópalo negro (ópalo noble) - base negra, gris muy oscuro, verde muy oscuro o azul muy oscuro – son más difíciles de encontrar que los blancos - ópalo arlequín - transparente a semitransparente con patrones de colores en forma de segmentos. Se considera uno de los más valiosos - ópalo gelatinoso - azul, con poco irisado - ópalo de fuego – su nombre viene dado por su color: anaranjado / fuego. No tiene irisado y suele ser ligeramente turbio, lechoso. Los mejores ópalos de fuego son transparentes. Son muy delicados y se encuentran en Brasil, Guatemala y el Oeste de Australia. Se pueden confundir con el granate y la rodonita.
¿Dónde se encuentra? Ya eran conocidos por los Romanos los yacimientos de la República Checa y de Eslovaquia, que seguían activos en los años treinta. En 1870 se descubrieron los enormes yacimientos de Australia, de los que se obtiene el 70% de la producción mundial. Las minas más conocidas se encuentran en Queensland y New South Wales. También en México se encuentran algunos ópalos nobles, en la provincia Querétaro.
Talla Una talla con superficie lisa y ligeramente curva hace destacar mejor el juego de luces característico del ópalo. Por ello, la talla más común es la cabujón
Posibilidades de confusión

En la naturaleza aún no se ha encontrado ni un solo tipo de mineral que sea igual al ópalo. Por este motivo se ha intentado siempre fabricar los ópalos con materiales sintéticos. Las mejores imitaciones vienen de Australia y, aunque tienen la misma estructura que el ópalo natural, son muy fáciles de distinguir por los expertos ya que sus colores son ‘fijos’ es decir, no cambian con la luz. También de Japón han venido buenas imitaciones, éstas de material completamente sintético. En EEUU también se han hecho buenas imitaciones de cristal con placas de aluminio reflectante. Lo más frecuente, no obstante, sigue siendo el triplete clásico, es decir, una piedra que se compone de tres capas superpuestas de calcedonia, ópalo noble y cuarzo. El ópalo se puede confundir con el nácar, la labradorita y la piedra luna.