Reflexiones, experiencias y todo aquello que me ayude a subir, desplegando alas, volando juntos...

martes, 30 de noviembre de 2010

Terapia de sanación


Cuando hace ya cinco años acudí a mi primer curso de formación Reiki no imaginaba lo mucho que esta maravillosa técnica energética cambiaría mi vida, permitiéndome tomar la responsabilidad en mi autosanación y, mas adelante, ejerciendo de terapeuta y maestra de Reiki tradicional tibetano.
Reiki es un sistema de sanación y crecimiento interior que permite desarrollar unas cualidades en la persona que lo practica y también en la que lo recibe, como son la relajación, la concentración, la aceptación de todo aquello que nos sucede, etc..., además de eso no debemos de olvidar su alto poder curativo para todas las dolencias físicas.
Las sesiones de sanación Reiki se efectúan habitualmente sobre una camilla donde el paciente se acomoda, suelen durar de tres cuartos de hora a una hora y media dependiendo de las circunstancias del paciente. Se le procura un ambiente relajado propicio con luz suave, música tranquila y, si se desea, aroma de incienso o velas. El terapeuta hace su trabajo con alta concentración y mediante unos pases magnéticos con sus manos sobre el cuerpo del paciente comienza a rastrear el campo energético y las posibles alteraciones que contenga. La sensibilidad en las manos del terapeuta va unida a la canalización de la energía vital precisa para que la sanación sea posible. Transmitir Reiki es entonces un trabajo “en equipo”. Sin la autorización de el SER del paciente, Reiki no sería efectivo.
Durante la sanación muchas cosas pueden suceder, mensajes que llegan para la persona que los necesite, desbloqueos de emociones enquistadas de antiguo registro que mediante el movimiento energético se liberan dando rienda suelta al llanto o a la alegría. En ocasiones las alteraciones físicas, del pasado reciente, del presente y, lo que es mas sorprendente hasta las del futuro, se muestran al terapeuta con la intención de facilitar su sanación.
Para mayor comprensión de este hecho, me permito constatar un caso de mi propia experiencia durante una sanación Reiki. Para preservar la intimidad de mi paciente le llamaré con un nombre supuesto.
Evelyn acudió a mi consulta muy preocupada porque el resultado de unas pruebas médicas le habían mostrado que tenía un tumor benigno en su ovario derecho y otro mas en su útero. Su médico le había aconsejado que, dado que Evelyn estaba cercana a la etapa menopausica por su edad, lo mejor sería extirparle todo el aparato reproductor para evitar así, de raíz, toda clase de complicaciones. Pero Evelyn no quería eso, ella quería sanar sin tener que llegar a una decisión tan extrema que, sin dudas, le acarrearía múltiples secuelas para el resto de su vida. Así que decidió tratarse con Reiki y comenzamos el tratamiento de una sesión cada dos semanas. De esto hace un año y dos meses. El resultado ha sido espectacular, los tumores se han reducido considerablemente, la cirugía se ha descartado por completo y hemos alargado el tiempo de las terapias a una cada mes hasta que los tumores desaparezcan. Ni que decir tiene que Evelyn está feliz con su decisión y los resultados obtenidos.
De un modo sútil, nada invasivo pero si muy efectivo el tratamiento Reiki nos permite sanar y vivir nuestra realidad física, mental y emocional de forma equilibrada y beneficiosa, mediante unos pases energéticos con las manos y la conciencia puesta en el amor que es la esencia de la unidad entre todos los seres vivos.

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