LOS ARCANOS DEL TEMPLE

La papisa

El segundo arcano mayor del tarot es una de las cartas mas enigmáticas del conjunto.

Tradicionalmente se tiende a relacionar esta figura con la diosa egipcia Isis, especialmente por el libro que sostiene entre sus manos, símbolo del conocimiento iniciático o sabiduría. Pero al mismo tiempo esta carta indica que el tarot no puede ser egipcio de origen, ya que en el país del Nilo el sumo sacerdote fue siempre masculino. Por el contrario, los templarios, al igual que los cátaros, tuvieron en muy alta estima a la mujer. De estos grupos emergió el ideal caballeresco, las leyendas artúricas y del santo grial. Otra hipótesis, acuñada recientemente por los masones británicos Christopher Knight y Robert Lomas, insinúa que la Papisa simboliza a la Magdalena, que, aseguran, los templarios veneraron como compañera sentimental de Cristo y su posible sucesora.

Estos autores creen que los templarios tuvieron a su alcance documentos secretos en los que se especificaba la importancia real de la Magdalena, que sería en realidad la primera Papisa o sucesora de Cristo, tal y como se la menciona en los Evangelios gnósticos a los que seguramente accedió el Temple.

Muchos ríos de tinta se han escrito sobre esta interesantísima carta que es la Papisa. Precisamente en el siglo XIII, cuando aparecieron los naipes, tuvo una enorme difusión la leyenda de una supuesta Papisa de nombre Juana, que aludía en realidad al Papa Juan VIII (872-882). Dicha leyenda decía que el Papa fue en realidad una mujer que murió de forma escandalosa en medio de una procesión, mientras daba a luz.

Seguramente la leyenda no tiene conexión con la realidad, pero si refleja que Juan VIII fue un Papa débil y afeminado. Real o no, esta leyenda alcanzó una difusión enorme en el siglo XIII, en el momento de mayor poder y apogeo de los templarios.

El sumo sacerdote:

Otra de las cartas o arcanos fundamentales del Tarot-y al mismo tiempo más polémica-, es la número cinco o sumo sacerdote. Un análisis detenido de la misma muestra que no se está refiriendo al Papa cristiano, sino al sumo sacerdote judío. Esto se ve aún más claramente cuando vemos que el pontífice se sienta entre dos pilares que nada sostienen, alusión inequívoca a las dos columnas del Templo de Jerusalem llamadas Jachim y Boaz.

También hemos señalado la correspondencia de estas dos columnas con la Cábala y sus pilares de rigor y misericordiaPor último centremos la atención en la mitra del Sacerdote, ésta procede del dios egipcio Amón-Ra, principal divinidad de Tebas, que fue la ciudad que proporcionó al judaismo ancestral los dogmas básicos de su teología.

El ermitaño:

En la novena carta del Tarot puede verse a un personaje sosteniendo una lámpara en la que brilla una estrella de ocho puntas cuyo fulgor emerge de un punto central. Este símbolo- y eso es lo verdaderamente llamativo- fue una de las señas de identidad de los templarios. Según señala Jean Pierre Bayard; “encontramos este símbolo entre los templarios, en cuyo blasón figuran ocho líneas divergentes que parten de un punto central”.

El ahorcado;

A este personaje se le representa entre dos árboles, a imitación de las dos columnas que adornaban el sanctasantorum del Templo de Jerusalem. Simboliza al hombre que muere por una idea. Pese a su muerte aparente, su cabeza aparece serena e irradia luz, símbolo de iluminación por el sacrificio. En esta carta la figura aparece con las piernas cruzadas, formando una cruz o Tau. Y se da la curiosa circunstancia de que los caballeros templarios eran representados, en estatuas funerarias, en esa precisa postura.

El emperador;

Sentado sobre un trono en forma cúbica, que recuerda a la piedra cúbica de la masonería, este arcano es símbolo de lo terrenal. Su vinculación con los templarios vuelve a resultar evidente; no sólo en su simbolismo masónico-que nos remite necesariamente al Temple, por la vinculación mítica existente entre ambas organizaciones- sino también por su postura de las piernas cruzadas.