El todo es mas que la suma de las partes.
Después de dos días intensos repletos de vivencias durante el seminario de reiki andino impartido por Arnaldo Quispe en Barcelona, retomo aquella sensación tan extraña de que TODO a mi alrededor es diferente a como era el pasado viernes, antes del seminario. Claro, ya se que es una impresión subjetiva, y que lo que en realidad ocurre no es que todo haya cambiado, sino que la que ha cambiado soy yo.
El torbellino emocional que he vivido en las últimas cuarenta y ocho horas ha provocado un tsunami en mis mares internos, cuya ola se está gestando en algún nivel de mi conciencia. Lo se porque su rumor me llega de adentro, y una especie de calma extraña, preludio del desborde en las orillas.
Quisiera hacer la descripción minuto a minuto de todo lo vivido. Sería hermoso retenerlo entre palabras para siempre, pero ha sido tanto y tan variado que no me siento capaz de semejante ejercicio. Y además, pensándolo mejor ¿para qué?, ¿y cómo?, ¿existen palabras tan hermosas como los sentimientos?, palabras que palpiten, que rian y vibren, o que arranquen a llorar en el papel. Decididamente no, por muy bellas que estas sean.
Pero soy tozuda e insisto en escribir, y se me ocurre que, tal y como vienen a mi mente las imágenes de todo lo ocurrido, así las voy a contar. Como retazos de un cuadro impresionista, brochazos de amor andino.
El reencuentro en la calle, Sara, Stefanie, Arnaldo, la alegría de verlos de nuevo, entre una maraña de personas desconocidas me hace sentir que estamos hermanados porque los reconozco en la felicidad del abrazo. ABRAZO; acto que se repetirá aquí y allá, ahora y después, durante todo el encuentro. CALOR.
Estamos sentados, tranquilos, a mi derecha Silvia-( para mi es Isabel, aunque ella insiste en que su nombre es Silvia), y Jessica. A mi izquierda Sara ( ¿estaba a mi izquierda...o a mi derecha...o en el centro? ¡ahhhgggg...). En frente, de mi derecha a mi izquierda, Chelo, Stefanie, Montse, y Magdalena. Arnaldo preside el grupo y comienza el seminario.
Suavemente ya estamos en el tema, y desde ya voy a referirme a Arnaldo como Takiruna.
No nos hemos dado cuenta del momento preciso es que la Pachamama ha comenzado a movernos por dentro y por fuera, hasta que al levantarnos para el primer descanso Takiruna ha comenzado a sanar con la música. Alegres notas musicales andinas, de carnavales, y los pies, sin querer, se mueven, primero timidamente. Pero todo es comenzar.
Chiqui chiqui chiquichiquititaaaa
como las estrellas
Chiqui chiqui chiquichiquititaaaa
amamé...y serás muy feliz!
Nueve corazones latiendo y bailando son nueve corazones menos que sufren.
Reiki es reiki, andino no es una categoría, es una vivencia que viene a ser complemento ideal para el alma que busca entre las hojas y las raíces de los árboles y para los pies que se quieren mojar en los riachuelos. Pachamama aquí y allá, todo es pachamama, dentro y fuera. Quizás no haya tal separación, lo dejo ahí, de momento.
Las horas pasan entre prácticas y risas, complicidades amparadas por Takiruna con tanta paciencia como sabiduría.
Veo a mis compañeras tan entregadas que las admiro profundamente.
Ataque de risa con Sara, espontáneo, de aquel que no para solo porque la razón se lo ordene, sino que brota quieras o no contagiando emoción a los demás. Comienzo a sentirme tan relajada y agusto, estoy con mi gente.
Momentos de escucha atenta, la voz de Takiruna instruyendo, aconsejando, la luz de la pequeña velita tintineando tras de su Inti, y nosotras, las hermanitas, nos cobijamos en nuestras mantas escuchando. Creo que Kawsay Puriy atraviesa la habitación con una gran carga energética, y bailamos, y escuchamos, y volvemos a bailar y el mundo en ese momento solo somos nosotros y nuestra alegría.
Abrazos, ayni, ayni, ayni...
LLegan los primeros lloros recordando a mi madre cuando Stefanie practica conmigo, todo está bien porque me abraza.
Al marchar el primer día para casa creo que me estoy yendo, pero al llegar compruebo que algo de mi se ha quedado en la habitación del seminario. No intento razonar esa sensación, no tiene caso, intuyo que es parte del proceso y actúo normal. Al llegar al día siguiente a la habitación lo comprendo inmediatamente. Parte de mi permaneció en ella.
Las confidencias entre nosotras van creciendo y nos vamos conociendo mas, eso hace que todo fluya de un modo tan bello y relajado que las prácticas se suceden una tras otra, y que pasen cosas;
- Yo he sentido mucho calor en mis manos
- pues yo he sentido mucho frio
- he notado como cosquilleos
- creo que se me ha movido algo por dentro, algo que llevo años arrastrando conmigo
- Yo no pararía de dar reiki!
Ayni, ayni, ayni...
Recorrer el cuerpo de otra persona es recorrer una geografía, hay apus, valles, rios. Testimonio de lo vivido en nosotros.
Takiruna canta y sana, sus icaros acompañan nuestras prácticas de vez en cuando, poco a poco nuestros movimientos se tornan menos rígidos, menos cerebrales y la armonía del contacto con la energía y el espacio nos da satisfacción. Nos relajamos, reimos, lloramos. Parece que nos conocemos de toda la vida!. Takiruna nos dice que estamos creando un gran poqpo o aura grupal. Siento la belleza del reiki en lo mas hondo de mi ser y agradezco a todos mis maestros su dedicación para conmigo, mi mano traza el símbolo del daikomio, oh, gran ser!, ilumina, ilumina!.
Pachamama me hace jugar con mas niños durante una práctica, quise imaginar un prado para relajarme mejor y viví una escena de risas con llama escupidora incluida. Cosas que pasan.
La tarde pasa, es hora de los abrazos finales, de las gracias, pero mi garganta tiene un nudo que no me permite hablar. Por fin, la adulta se hace cargo de la situación y puedo comunicarme y participar del momento final del seminario.
Mis hermanitas sonríen felices, hemos practicado bastante, no solo reiki andino, yo creo que el baile se nos da muy bien!.
No hay ADIOS, no hay despedidas, hay un hasta que nos volvamos a encontrar; tupananchiskana!.
Takiruna dice que el TODO es mas que la suma de las partes. Yo lo comprendí este fin de semana.
Pacha Jessica + pacha Silvia + pacha Florinda + pacha Sara+ pacha Chelo + pacha Stefanie + pacha Montse + pacha Magdalena + pacha Arnaldo = ¡Pachamama!.
bello has bordado la experiencia que vivimos allí yo todavia no tengo palabras, lo llevo tan adentro germinando la semilla de la pachamama
ResponderEliminarun abrazo para mi hermano y hermanas andinas
Con todo mi cariño Chelo