En esta ocasión de poco me pierdo la clase de Lama Lobsang, pero por lo visto eso no tenía que pasar, así que un impulso me llevó la noche de antes a consultar los datos necesarios en la website de Nangten Menlang descubriendo que al día siguiente era la cita.
Cancelé mis quehaceres para esa tarde y me fui a Barcelona. Estaba expectante, pues era la primera vez que iba a ver a Lama Lobsang en “su ambiente” puesto que nos citaba en la casa del tibet, un lugar muy querido para mi.
Llegé puntual a la cita, con toda la tranquilidad me despojé de mis zapatos,de mi abrigo, de mi paraguas ¡y de mi móvil!..., entré en la sala donde ya muchas personas esperaban pacientes y con aquella actitud tan maravillosa de saber que en pocos minutos vas a compartir algo grande; la sabiduría de un maestro.
Creedme; no hay sensación mas libre que la de voluntariamente atarse a la sabiduría. Y si lo puedes hacer en solitario, es decir, sin compañía allegada, este placer se incrementa hasta límites insospechados. Nada ni nadie distrae tu atención. Se hace el silencio entre los murmullos de los compañeros de la clase, se escuchan los toques bajos de un gong tibetano, todos en pie en señal de respeto, Lama Lobsang aparece en el estrado, con suma tranquilidad se acomoda en su sitio y después de observar el conjunto de la sala nos pide por favor que nos sentemos.
Un respiro hondo y comienza a hablar suavemente, el viaje a través del karma ha comenzado, atención y silencio, todo esto comienza mas o menos así;
“ Hoy voy a hablaros del Karma. ¿Qué es el karma?, es una ley por la cual toda causa tiene un efecto en nuestras vidas. Todos tenemos karmas, de echo al venir a reencarnar a este planeta cada uno de nosotros viene con su propio karma, con su propio planeta.
La meta de la práctica budista es liberarse del karma.
Para explicar que es karma tenemos que saber que nuestra mente se compone de dos clases de mente; la mente conceptual y la mente no conceptual. La mente no conceptual es aquella que no contiene karma, es la mente pura, en cambio en la mente conceptual el karma está presente, ¿de qué modo se hace presente el karma en la mente de los conceptos?, por medio de las impresiones mentales que nos traen emociones y estas emociones nacen de la ignorancia, ¿de dónde viene la ignorancia?, la ignorancia no tiene principio ni origen, siempre está.
El karma “bueno” lo llamamos Dharma. Hay dos clases de dharma, el dharma adulto, que es conceptual y el dharma de los niños que es no conceptual, debido a que la mente de los niños es pura y las impresiones no son de tanta importancia para su vida.
Es erróneo pensar que el dharma nos libera de nuestros problemas, ya que solamente con un pensamiento creamos un problema, cualquier cosa que pienses puede convertirse en un problema para ti. Por ello es que el dharma se convierte en el karma.
Practicar el dharma está muy bien, es perfecto, pero no nos libera de los problemas, simplemente nos dará una felicidad temporal, porque siempre estamos usando la mente ciega, la conceptual y con esa mente creamos nuestros problemas. Por ejemplo, cuando sentimos apego por alguien, en el momento de crear el karma del apego con alguien podemos sentirnos muy bien, somos muy felices en ese momento, pero tenemos que ser conscientes de que cuando ese apego termine, porque nuestro karma haya acabado, vamos a sentirnos muy mal. Todos los karmas tienen un final, y cuando este final llega sufrimos mucho, porque nuestras relaciones nunca son eternas. Entonces tenemos que tener cuidado con el tipo de karma que establecemos con las personas porque siempre habrá un día en el que tengamos que terminarlo.
Cuando conocemos a alguien creemos que lo conocemos,creemos que lo que vemos es la realidad, pero lo que pensamos acerca de esa persona es lo que vemos acerca de esa persona, así que las impresiones mentales que tenemos acerca de esa persona conforman nuestra relación con ella y crea nuestro karma con ella. Si es una emoción positiva nos sentimos muy bien creando ese karma, somos muy felices en ese momento; “ ¡wuauu!, he conocido a una persona maravillosa, que bien me siento con ella, es estupenda, estoy deseando volver a verla.”.
En realidad no conocemos a esa persona, no sabemos como es, solo sabemos lo que vemos que es. Si lo que vemos deja de gustarnos, queremos terminar ese karma y las emociones cambian, nos hacen sentir mal; “ufff...aquella persona que yo creía tan y tan maravillosa me ha defraudado, no lo es tanto, no quiero volver a verla nunca”. Pero esa persona no es en función de lo que tu pienses que es, eso no le afecta, ese es tu karma con ella, esa persona no dejará de ser quien es solo porque tu creas que te ha defraudado. Por eso lo mejor es hacerse amigo de un tomate. Un tomate tiene causa y efecto, pero está libre de tener karma, porque no tiene las impresiones mentales de una mente conceptual.
La mente ilusoria, la conceptual, necesita solo pensamientos. No importa la realidad, la mente ilusoria cree que sus pensamientos son “la realidad”.
Si te haces amigo de un tomate serás feliz, en cambio, para amar a un humano, sobretodo a uno que conozcas de hace muchos años, necesitarás ser muy valiente. Es mas fácil amar a quien no se conoce mucho, hay personas muy espirituales que dedican todos sus esfuerzos en querer ayudar a las personas que no conocen, eso es muy fácil para ellas, sin embargo a su propia familia no la aman igual. Suele pasar que estas personas ayudando a los desconocidos estén escapando de sus problemas familiares, cuando en realidad no necesitamos crear mas karmas en nuestras vidas, si los que tenemos creados los ignoramos ¿de qué nos sirve crear mas? ¿para crear nuevos problemas?. La persona que no te conoce no necesita de tu ayuda en este sentido puesto que no tiene ningún karma contigo, no sentirá que la tienes abandonada, sencillamente no te necesita. Es a partir de la creación del karma entre ambos que surge la sensación o el sentimiento de necesidad.
Hay que atender primero a los karmas ya creados; marido, mujer, hijos, padres, hermanos.
El amor y el karma a veces son opuestos, porque el amor es la única manera de liberarse del karma.
El karma de la mente conceptual está hecho de conceptos de posesión; mi marido, mi mujer, mis hijos, mi casa, mi coche, etc... Todo eso forma parte de la ilusión de nuestra mente, en realidad nunca hemos estado tan apegados a nadie como para llegar a ser “uno” con él. Nunca tuvimos a nadie, nunca fuimos de nadie. Así que para reducir vuestro karma teneis que practicar el amor, solo eso os liberará de vuestro karma.
El sueño y el karma es lo mismo, lo creamos nosotros pensando nuestra realidad, así que nosotros deberíamos de tener mucho cuidado con nuestros pensamientos y los karmas que establecemos por medio de ellos, sabiendo que lo que vemos nunca será la realidad última de la persona, sino que será “la realidad pensada” por nosotros.
Nosotros somos el resultado de nuestros karmas pasados, si queremos cambiarlos, HOY es el momento, HOY es el día, no mañana. Ahora es el mejor momento para hacerlo.
El karma es una proyección de nuestra mente.
Nuestro planeta también tiene karma. Al llegar a nuestro planeta cada uno de nosotros traemos nuestro propio planeta con su propio karma también. Parece que en nuestro planeta nada cambia con un nacimiento o una muerte, pero es obvio que si, aunque no lo veamos.
Por ejemplo, tenemos mil velas encendidas, todas juntas haciendo una gran luz. Añadimos una vela mas y la encendemos. A simple vista nada ha cambiado, pero es cierto que hay una llama mas en el conjunto, la suma de todas las llamas hacen posible la gran luz. No apreciamos su luz individual, pero sabemos que está ahí, en cierto modo hemos modificado el karma del planeta añadiendo mas luz. Cuando apagamos una de esas velas parece que nada ha cambiado, pues la gran luz continúa iluminando, pero es un hecho que falta una de esas luces, de nuevo el karma se ha modificado.
Que las cosas no podamos apreciarlas con nuestra mente ilusoria no quiere decir que no existan.
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