RITUAL
NOCHE DE SAN JUAN
Necesitamos;
siete
velas, colores; rojo, naranja, amarillo, verde, azul, violeta, negro.
el siete es el número mágico por antonomasia y simboliza los grados
de perfección.
Sal
común.
Agua
Laurel,
tres hojitas.
Haremos
un círculo amplio con la sal, en un lugar donde sepamos que nada ni
nadie va a interrumpir, dentro del cual pondremos las velas de color,
menos la negra, un vaso con el agua y las tres hojitas de laurel.
La
vela negra la pondremos fuera del círculo.Círculo que representa
los hechos consumados, es decir los deseos ya cumplidos, los
propósitos conseguidos. Las seis velas de colores representan a la
luz blanca del Sol, símbolo de pureza, que al descomponerse da como
resultado los seis colores del Arco Iris. Seis velas en total que en
su conjunto representan nuestros deseos de luz, de pureza y de
regeneración.
La
vela negra: Simboliza la oscuridad que procede del negro, los males
que nos acosan. Es de menor tamaño y por eso se encuentra en
inferioridad con respecto a la luz blanca representada en el resto de
las velas. La oscuridad del negro será vencida por la claridad del
blanco.
El
agua: Según antiguas leyendas, el agua que utilizamos la Noche de
San Juan cura los males, ahuyenta el mal de ojo, atrae juventud y
belleza y contienen, además, virtudes fecundantes.
Las
plantas: Tradicionalmente las plantas que se utilizan esa noche
tienen propiedades curativas o pueden utilizarse como amuletos
protectores. El laurel, además es un símbolo de victoria y ahuyenta
los malos espíritus.
La
oración: Si queremos verbalizar nuestras intenciones en esta noche
podemos recurrir a estas oraciones que recogen el sentido del ritual
y los fines que esperamos conseguir. Oración al encender la vela
negra: "Esta vela representa la oscuridad que se inicia esta
noche de San Juan y será vencida por la fuerza de la luz del Sol".
Oración al encender las demás velas y por cada una de ellas: "La
luz del Sol, del Arco Iris, vencerá las tinieblas de la larga noche
y todo mal pasado, presente y futuro será vencido".
Esparcimos
alrededor del altar algunas gotas de agua siguiendo el sentido de las
agujas del reloj de manera que cerremos un círculo completo. Luego
encendemos las velas, primero la negra pronunciando la oración. A
continuación encendemos las demás velas por orden de numeración y
pronunciamos la segunda oración por cada una de las velas en el
momento de encenderlas.
Nos
concentramos fijando la atención en nuestro propósito y si lo
deseamos escribiremos en dos hojas de papel, en una lo negativo que
quemaremos con la vela negra (o en la hoguera) y en otro lo que
deseamos que suceda que guardaremos hasta la próxima noche de San
Juan, recordando las oraciones, pensando que todo lo malo quedará
eliminado, vencido, excluido de nuestra vida. Sentimos cómo la luz
que sale de las seis velas del Arco Iris se funden en el blanco
purificador del Sol empujadas por la fuerza que fluye de la luz de la
Tierra, luz fértil y regeneradora.
Unidas
las seis fuerzas comienzan a devorar la luz que procede del negro, de
las tinieblas arrasando los males pasados, presentes y futuros. El
lado oscuro que queremos destituir va sucumbiendo. Lentamente se
impone la claridad. La luz domina sobre las tinieblas. El círculo se
cierra, los hechos se han consumado. Visualizamos los deseos
cumplidos encerrados en el círculo donde nadie nos los puede
arrebatar, percibimos la alegría que nos produce caminar hacia lo
saludable.
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