Aceptando que al nacer traemos nuestro propio karma y que al morir nos lo llevamos con nosotros, comenzamos a hablar de la reencarnación.
Lo primero que hay que saber es que las ideas de nacimiento y muerte no se contemplan con la mente natural, sino con la mente conceptual. No se ven porque sencillamente no están ahí. Fuera de esa mente no hay principio ni final, no hay nacimiento ni muerte, no venimos de ninguna parte y no vamos hacia ningún lugar, así que ¡por favor! no os apresureis tanto, no hay ningún sitio adonde llegar fuera de aquí mismo. Prescindiendo de la mente conceptual no hay dualidad, no hay bueno ni malo, no hay mejor, peor, pequeño, grande etc...Esos son conceptos de la mente limitada. Esta mente conceptual sí que nos dice que venimos de algún sitio concreto y que vamos hacia otro lugar específico, pero eso es solo ilusión de la mente, igual que las ideas de felicidad o sufrimiento, todo es ilusión.
Si encontráramos el origen, la fuente, el UNO de toda la existencia, todo estaría ya probado y aceptado, ya estaríamos iluminados. Ya no habrían dos ni tres...,el Uno sería todo, seríamos el buda iluminado. Pero nuestra conciencia mas profunda es la conciencia del Buda, así como nuestra naturaleza mas profunda es el amor no conceptual, el amor incondicional. Cuando el amor y nuestra naturaleza mas profunda se unen; eso es lo que somos, tenemos que darnos cuenta de que ya somos buda.
¿Cómo puedo probar eso?, ¿qué significa amor?. La naturaleza del amor incondicional es lo que no crea sufrimiento, ni a ti, ni a los demás. Estas enseñanzas son de budismo Tantrayana-kalachakra. La mente natural, la mente mas profunda del hombre, siente que no quiere sufrir, que quiere ser feliz, y también quiere que los demás lo sean, puede que no lo sepamos, pero todos tenemos ese sentimiento sin que nadie nos lo haya enseñado, es nuestra naturaleza. Podemos hacer daño y causar gran sufrimiento a los demás, pero en el fondo de nuestra mente no nos sentiremos bien. Por eso decimos; el amor significa detener tu sufrimiento y no crear sufrimiento a los demás.
¿Cómo podemos ser felices?, mirar, si quereis ser felices, comenzar ya, ahora. No os enfoqueis en los problemas. No esperar a no tener ningún problema para comenzar a ser felices, porque entonces ¿cuándo será posible, cuándo será ese día?...quizás nunca llegue ese día. La medicina de los problemas es la felicidad, así que para poder liberaros de ellos teneis que tomar la medicina. Si no quereis a los problemas, entonces teneis que esforzaros en haceros felices a vosotros mismos.
Cuando se practican las enseñanzas espirituales el amor es el fundamento, el camino y también la meta. Es el principio, el medio y el final. El amor lo es todo.
La infelicidad nos la crea el problema porque nosotros lo hemos puesto en una posición mas elevada, es el “Rey”, siempre que nos llama tenemos tiempo para él, sacrificamos todo por acudir al problema, ¿por qué? ; porque queremos ser felices. Tenemos un buen motivo, pero un método equivocado. Entonces el problema se convierte en lo mas importante para ti, lo dejas todo por atender al problema. Pero has de saber que precisamente es el problema el que te hace infeliz, y el no ser feliz se convierte en un nuevo problema. Si no eres feliz, cualquier cosa puede convertirse en un nuevo problema.
Si la felicidad te llama entonces es muy posible que no tengas tiempo para ella ¡porque tienes tantos problemas!.
Entonces volved a casa, volved a “vuestro amor”, no os sintais culpables de ser felices.
El amor mas elevado es el amor no conceptual, para la mente de los conceptos que limitan al ser humano la realidad es que si no existe el UNO , si yo pruebo que no existe el UNO, entonces tampoco habrá dos. Pero Buda dice; No hay UNO, no hay DOS. La forma contiene al vacío en su totalidad, la vacuidad contiene a la forma. En esta idea ¿dónde está el UNO?, ¿en la forma o en la vacuidad?, y si todo es el Uno, ¿dónde está el dos?. Pero el Uno no lo encontramos nunca, el UNO final, el UNO “sólido”, aquel que es indivisible, no lo encontramos nunca, porque si lo encontráramos la mente conceptual dejaría de ser la mente ilusoria.
Fijaros en este tapón de esta botella. Lo estamos viendo como una sola pieza, es un UNO en si mismo. Si lo corto una y otra vez veo muchas mas piezas, y quiero llegar a encontrar la pieza “última” de su creación, el “último” átomo que hizo posible su existencia, y corto, corto y continuo cortando hasta que casi no puedo cortar mas, entonces digo que ya he encontrado el UNO sólido de este tapón de botella. Pero tu me preguntas; ¿en qué dirección cortaste el tapón?, te explico; lo corté así o así, ¡ah, entonces no hallastes el UNO sólido, puesto que si existe dirección en el corte es que hay varios puntos que aún todavía pueden ser separados del todo!.
Podemos seguir cortando el tapón infinitamente, jamás llegaremos a la última pieza. Que nuestra mente conceptual no logre verlas, no significa que no estén ahí, pero ella insiste en que ha de haber un “último” corte, en cambio nuestra mente perceptiva dice que nunca lo encontraremos. Encontraremos un UNO relativo, dependiente del resto.
El UNO siempre es interdependiente, por eso no te satisface, porque emocionalmente eso te vincula a los demás y de nuevo la mente conceptual manda sobre ti y te dice; “yo soy bueno, tu eres malo, alguien ha de ganar, alguien ha de perder,...”. Estas emociones,si son limitadas no están del todo mal. Nos permiten gozar por ejemplo de una partido de fútlbol, pero cuando rebasan los límites se convierten en violencia, eso está mal.
Existimos de forma interdependiente, pero nuestra mente conceptual no ve eso, así que no puede ver el AMOR, por eso crea su propia verdad. La verdad no tiene nada que ver con el amor. Cuando sentís amor os liberais de la verdad.
Esta es la enseñanza del buda acerca de la mente no kármica.
Me permito añadir este precioso relato hindú acerca del renacimiento y la muerte;
Un discípulo preguntó al maestro
-¿Cuánto tiempo necesita un hombre para renacer después de su muerte?, ¿sucede de inmediato o debe esperar?.
El sabio respondió;
-no sabías quién eras antes de nacer, a pesar de lo cual quieres saber cual será tu suerte después de morir. ¿Acaso sabes lo que eres ahora?. Nacimiento y renacimiento pertenecen al dominio de lo físico. Te identificas con tu cuerpo. Es una identificación falsa. Crees que tu cuerpo ha nacido para luego morir. Confundes valores de órdenes distintos. Conoce tu “YO” real y estas dudas no se te presentarán.
Nacimiento y renacimiento no tienen otro objeto que obligar a reflexionar y descubrir que en realidad no existen ni el nacimiento ni el renacimiento. Se trata de fenómenos corporales que nada tienen que ver con el YO.
Conoce, pues, el YO y la duda no te azotará.
Ramana Maharashi.
Y también esta enseñanza del magnífico maestro Shri Aurobindo:
"En su parte mas elevada, la mente es consciente de que forma una unidad con lo divino, en todos sus aspectos y en todas sus cosas; cuando se halla en posesión de este conocimiento supremo, ni su propia ignorancia, ni la impotencia de sus instrumentos inferiores la alteran. Lo mira todo con una sonrisa y permanece feliz e iluminada por el resplandor del conocimiento supremo. La conciencia de esta unión con lo divino es para el que indaga en lo espiritual el conocimiento supremo".
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